El gobierno de Fernando de la Rúa caía entre fuego y sangre los días 19 y 20 de diciembre de 2001, dejando un saldo de 38 muertos.
Pero la situación empeoró y la represión policial terminó con 38 vidas. Hoy y mañana se cumplen 15 trágicos años de aquellas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001. La década de los ‘90 dejó una pesada herencia que la Alianza (encabezada por De la Rúa) no supo manejar.
El corralito y distintos saqueos fueron los pasos que siguieron a las privatizaciones del menemismo, por lo que la gente decidió decir basta hace exactamente quince años. Ese miércoles la sociedad entera hizo sonar sus cacerolas en una jornada conocida como el “carerolazo”.
Pero no todo quedó allí, ya que miles de personas decidieron manifestarse en las calles, donde se encontraron con las fuerzas de seguridad y la Policía Federal, por entonces bajo el control del secretario de Seguridad Enrique Mathov y del ministro del Interior Ramón Mestre.
En el video difundido desde Casa Rosada, De la Rúa fundó su razón del estado de sitio en los “actos de violencia colectiva que provocaron daños y han puesto en peligro personas y bienes con una magnitud que implica un estado de conmoción interior”.
Esto dió vía libre a la policía, que con sus caballos, escudos y armas dejó en la vía pública a 38 muertos.
Decisiones fatales
Sin dudas que la economía fue uno de los peores planos en los cuales se movió el gobierno de la Alianza. El primer ministro que estuvo -José Luis Machinea- acordó en diciembre del 2000 con el FMI y bancos internacionales un plan de ayuda denominado “Blindaje”, que pretendía dar certeza sobre la capacidad de pago de la Argentina.
Ese programa no trajo los resultados esperados. En marzo de 2001 asumió el cargo Ricardo López Murphy, quien lanzó una serie de recortes en los gastos fiscales, entre ellos los docentes y jubilados. Llegó su renuncia y con ella apareció Domingo Cavallo, el encargado de las 13 submonedas que coexistieron en todo el territorio (el billete “Patacón” fue emitido por la provincia de Buenos Aires).
El 10 de agosto de 2001 el gobierno nacional lanzó los denominados Lecop (Letra de Cancelación de Obligaciones Provinciales), con los que la Nación cancelaba deuda con las provincias. La recesión se agudizaba y la fuga de capitales crecía cada día más. Así llegó el corralito (difundido el 2 de diciembre), con lo cual la gente no podía sacar más de 250 pesos o dólares por semana.
Esto llevó a la movilización brutalmente reprimida. De los 38 muertos que dejaron las trágicas jornadas -según informó Correpi-, 21 fueron en la provincia de Buenos Aires, 20 entre Santa Fe y Rosario, en Capital Federal perecieron 7 personas, 3 en Córdoba, al igual que en Entre Ríos, dos en Corrientes, una en Río Negro y una en Tucumán.
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