El hombre sin rostro paseaba en Marbella, un balneario de Pinamar. La información llegó a un equipo periodístico de la revista Noticias. José Luis Cabezas era el fotógrafo asignado y la adrenalina lo llevó a conquistar la foto buscada. Era el 16 de febrero de 1996, Cristina, su esposa, jugó a ser una turista más en las playas de Pinamar. Su marido, José Luis, simuló hacerle fotos con su cámara. Pero ella no iba a ser capturada por la lente: a metros de ella caminaba un empresario todopoderoso, buscado por los medios y muy celoso de su privacidad.
No era una foto más. Era la imagen Alfredo Yabrán, quien caminaba junto a su mujer, María Cristina Pérez. El torso del empresario estaba desnudo y vestía una bermuda blanca con rayas cruzadas color bordó.
No era una foto más. Era la imagen Alfredo Yabrán, quien caminaba junto a su mujer, María Cristina Pérez. El torso del empresario estaba desnudo y vestía una bermuda blanca con rayas cruzadas color bordó.
Junto a su compañero de temporada, el periodista Gabriel Michi, José Luis había tomado el día anterior otras fotos del hombre emblemático. Tenían información de que Yabrán estaba de vacaciones en Pinamar. Lo ubicaron en el balneario Marbella y decidieron alquilar una carpa cercana.
“Teníamos el dato, tenía identificado el número de carpas en el parador y teníamos el nombre de quién figuraba como el que alquiló las carpas. Después de mucha investigación y de conocer a Yabrán por algunas fotos antiguas y por el relato de gente que lo conocía, y armado ese rompecabezas logramos dar con él”, recuerda Michi.
Ese día, el fotógrafo llevó a su esposa para evitar llamar la atención. Ese fue el lugar donde consiguió la foto más buscada. El disparo se concretó. José Luis Cabezas tenía la foto del "todopoderoso" empresario de la década menemista que le costó la vida y que vio la luz el 3 de marzo de aquel año, cuando la revista Noticias la publicó en su tapa.
“A veinte años del crimen, el recuerdo que trato de tener es mi compañero y amigo que disfrutaba de su trabajo como fotógrafo, como un trabajo sublime. Sabía ser reportero de la calle, pero también un gran artista cuando hacía producciones y que mostraba un talento especial y que combinaba con una gran capacidad de convencer al entrevistado para que posen como él quería que posen. Y la verdad que lo que recuerdo siempre es a José Luis vivo y compartiendo ciento de anécdotas, un tipo divertido y que en definitiva que le gustaba hacer todo tipo de temas”, dice y luego de tomar aire suma que lo recuerda “alegre y feliz”.
“Trato de no quedarme con la imagen desgarradora que vi en la cava. Ese no era José Luis, ese era el mensaje terrible que pretendieron dejar sus asesinos”, afirma Michi y añade “La sensación que tengo es bronca porque si bien creíamos que la justicia se había puesto los pantalones largos al poner en perpetua al poner perpetua a todos sus asesinos, después lamentablemente no dio una nueva cachetada cuando Casación de la Provincia de Buenos Aires les bajó la condena y los asesinos comenzaron a salir. Hoy todos los asesinos están libres. Siento como una burla y es un cachetazo más de la justicia”, cuenta y así también repasa en su libro, "Cabezas, un periodista, un crimen, un país", donde reconstruye y actualiza la historia que marcó al periodismo argentino.
LA IMAGEN Y LA MUERTE
La cara de Yabrán era desconocida y los medios de comunicación la buscaban con intensidad luego de que el ministro de Economía, Domingo Cavallo, acusó al empresario de ser “jefe de unamafia enquistada en el poder”. “Yabrán ataca de nuevo” tituló Noticias en su tapa del 5 de marzo de 1996. La imagen capturada por Cabezas acompañaba una investigación escrita por Michi donde revelaba los negocios del empresario en Pinamar. Yabrán fue investigado por la Justicia como autor intelectual del crimen, pero nunca enfrentó ante un juez: se suicidó el 20 de mayo de 1998.
Y tal como dice Michi, “Antes y después de morir, José Luis le sacó una “foto” a Yabrán. Retrató al hombre más oculto de la Argentina. Pero también retrató a esas mafias. Eso le costó la vida. Y el acusado jerárquico de ese crimen, el hombre para el que tener poder era sinónimo de impunidad, se suicidó. José Luis Cabezas dejó de ser simplemente un compañero y se convirtió en un símbolo colectivo contra la impunidad y el olvido”.
La cara de Yabrán era desconocida y los medios de comunicación la buscaban con intensidad luego de que el ministro de Economía, Domingo Cavallo, acusó al empresario de ser “jefe de unamafia enquistada en el poder”. “Yabrán ataca de nuevo” tituló Noticias en su tapa del 5 de marzo de 1996. La imagen capturada por Cabezas acompañaba una investigación escrita por Michi donde revelaba los negocios del empresario en Pinamar. Yabrán fue investigado por la Justicia como autor intelectual del crimen, pero nunca enfrentó ante un juez: se suicidó el 20 de mayo de 1998.
Y tal como dice Michi, “Antes y después de morir, José Luis le sacó una “foto” a Yabrán. Retrató al hombre más oculto de la Argentina. Pero también retrató a esas mafias. Eso le costó la vida. Y el acusado jerárquico de ese crimen, el hombre para el que tener poder era sinónimo de impunidad, se suicidó. José Luis Cabezas dejó de ser simplemente un compañero y se convirtió en un símbolo colectivo contra la impunidad y el olvido”.
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